El hombre habita su corporalidad, como si fuera su “casa†moviéndose por dentro y fuera de cada habitación. Pero la mayorÃÂa de las personas habitan muy poco algunas partes de su cuerpo, en ocasiones habitan solo la cabeza (el pensar) el tórax (el sentir) o las extremidades (la voluntad) por lo que en algunos casos, es el cuerpo quien reacciona con una variedad de dolores y contracturas. Cuando aprendemos a desarrollar conciencia espacial a través de la práctica regular de Spacial Dynamics , nuestra conciencia espacial se acrecienta, permitiéndonos percibir nuestro “espacio personal”, “supra personal” e “infinito”, aprendiendo a ordenarlos, armonizarlos y alinearlos, para poder elegir donde queremos encontrarnos con el mundo, como poner lÃÂmites saludables para nuestras vidas.
Esto crea una distancia más objetiva y más “saludable con el mundo” a través de la conciencia de un nuevo espacio, que creamos cuando nos movemos en forma armónica.
Es importante haber desarrollado los sentidos básicos en la niñez para luego en la adultez poder desplegar los sentidos superiores.
Los sentidos básicos o fÃÂsicos son: sentido del tacto, sentido del movimiento, sentido del equilibrio y sentido vital. Los sentidos medios o anÃÂmicos son: el térmico, el gusto, el visual, y el olfativo. El sentido del equilibrio cuando es ejercitado durante el primero y segundo septenio permite en el ser humano, el despliegue de uno de los sentidos superiores: El auditivo.
El sentido del movimiento se metamorfosea en el sentido del habla, el tacto deviene en el sentido del yo ajeno y el sentido vital en el sentido del pensamiento ajeno.
Cuando de adultos hacemos ejercicios que comprometen dichos sentidos, esto nos permite espejar en nuestra alma un sentimiento de armonÃÂa y tranquilidad de haber conquistado el “centroâ€Â.
En la antigua India, el Yoga era la manera de alcanzar el conocimiento espiritual y era a través de “la práctica de la respiración, que se alcazaba dicho conocimiento espiritualâ€Â, la respiración era el órgano del conocimiento. En los tiempos actuales, nuestra respiración, por el contrario, se ha hecho carente de espÃÂritu y en gran medida también carente de alma. Solo un resto de vivencia anÃÂmica queda en nuestros dÃÂas, a través de la respiración. La vivencia espiritual propiamente dicha, en nuestra época está ligada a la función del cerebro y del pensar. A través de él, la vivencia espiritual.
Es asàque Rudolf Steiner propone para esta época cultural, el nuevo camino del conocimiento a través de un nuevo “Yoga de los sentidosâ€Â, y del desarrollo de los doce sentidos, como portales hacia el mundo.
Si buscamos este camino espiritual a través del movimiento y la nueva imagen del hombre espiritual, vertida a través de la antroposofÃÂa, nos encontramos con la gimnasia bothmer y spacial dynamics.
Spacial Dynamics® es una disciplina del movimiento, miembro de ISMETA , International Somatic Movement Educaction y Therapy Association , reconocida conjuntamente con la Gimnasia Bothmer®, como disciplinas del movimiento pedagógicas-terapéuticas, recomendadas por la AntroposofÃÂa, en las escuelas Waldorf, y para la práctica diaria en, adolescentes, adultos que buscan salud y armonÃÂa en sus movimientos y también en las diferentes terapias complementarias.
Jaimen McMillan creador de Spacial Dynamics®, en 1985, y director por 30 años de la Escuela de Gimnasia Bothmer de Stuttgart, estudió los componentes espaciales de la salud y la enfermedad. Observando que cada enfermedad es acompañada de “gestos” tÃÂpicos y únicos que deben ser transformados para lograr la salud.
Siendo una disciplina de movimiento que armoniza y alinea el pensar sentir y actuar, nos ayuda a encontrar nuestro centro para poder desde allàactuar en libertad.
Si estudiamos los componentes del espacio, vemos que no es algo estático y vacÃÂo, sino vibrante y abarcante, cuando nos movemos, el espacio que nos rodea se mueve con nosotros creando formas, que luego habitamos en nuestra vida diaria. Spacial Dynamics nos enseña a movernos de una nueva forma, consiente y no mecánica, armoniosa y a la vez saludable.
De esta manera creamos hermosas formas que nos contienen y en las cuales podemos desarrollarnos, crecer, vincularnos de una mejor manera.
La práctica rÃÂtmica, nos ayuda a tener conciencia de nuestros actos, y movimientos, y nos despierta en una nueva conciencia espacial, la cual debemos incorporar en nuestras vidas.
SerÃÂa bueno preguntarnos: ¿qué formas creamos, cuando nos movemos mecánicamente, con ansiedad, nerviosismo, enojo, o apuro? ¿Será que el espacio alrededor nuestro se comprime? ¿Qué hacer entonces para que el espacio que nos rodea se expanda y nos permita sentirnos plenos, en armonÃÂa y equilibrio, colaborando para que la salud fÃÂsica, anÃÂmica y espiritual pueda acompañarnos?
¡Aprender a movernos de una manera diferente!
Lic. Mónica Inés Oddino